Me encanta cuando las cosas cierran bien...me
encantan los tiros a varias bandas, esas carambolas que hacen caer cuanta ficha
hay enredada en la trayectoria del proyectil enviado.
Trayectoria me sirve para hablar de R.E.M...
Trayectoria también me queda corto para someramente hablar de los años que hemos compartido, atravesando las púas del Philco, la sordera crónica del parlante derecho del walkman, el ingente presupuesto de pilas de esos enemigos de la economía llamados Discman, el ininteligible de manejo de interfase de aquellos mp3 o las caídas del ancho de banda, ahora ya por Youtube.
El medio no hace al mensaje, pero cuando pienso en la montonera de chatarra auditiva por la que hice pasar los 14 discos de R.E.M. presumo de que el tiempo pasó. Y no necesite leer a Proust para constatarlo. Pasó para ellos y para mi. Pasó para el mundo y paso también para lo ajeno a él.
Pasó...
Y le llegó el turno a R.E.M.
Lo sabían hace rato, dándole vueltas a una manivela siempre honesta, solvente, comprometida y arriesgada, pero que ya (para estos maniáticos de ética perfeccionista) empezaba a sonar con algún engranaje en falso...Entonces, más que pasar, había que parar.
El resto de la anécdota pasa por la corrección de la separación, las muestras múltiples de admiración y cierta congoja histérica de miles de fans. También pasa por un discazo que merecerá aquí tratamiento a la altura de las circunstancias. Y mejor aún, pasa por un cierre en círculo, por un manifiesto de múltiples rebotes.
Para ellos, para nosotros, para mi...
Trayectoria me sirve para hablar de R.E.M...
Trayectoria también me queda corto para someramente hablar de los años que hemos compartido, atravesando las púas del Philco, la sordera crónica del parlante derecho del walkman, el ingente presupuesto de pilas de esos enemigos de la economía llamados Discman, el ininteligible de manejo de interfase de aquellos mp3 o las caídas del ancho de banda, ahora ya por Youtube.
El medio no hace al mensaje, pero cuando pienso en la montonera de chatarra auditiva por la que hice pasar los 14 discos de R.E.M. presumo de que el tiempo pasó. Y no necesite leer a Proust para constatarlo. Pasó para ellos y para mi. Pasó para el mundo y paso también para lo ajeno a él.
Pasó...
Y le llegó el turno a R.E.M.
Lo sabían hace rato, dándole vueltas a una manivela siempre honesta, solvente, comprometida y arriesgada, pero que ya (para estos maniáticos de ética perfeccionista) empezaba a sonar con algún engranaje en falso...Entonces, más que pasar, había que parar.
El resto de la anécdota pasa por la corrección de la separación, las muestras múltiples de admiración y cierta congoja histérica de miles de fans. También pasa por un discazo que merecerá aquí tratamiento a la altura de las circunstancias. Y mejor aún, pasa por un cierre en círculo, por un manifiesto de múltiples rebotes.
Para ellos, para nosotros, para mi...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Y vos que decis?