martes, 8 de mayo de 2012

Diseño: La razón, el color y sus furias / Alexander Rodchenko

Clásicos del Diseño.
Aleksandr Ródchenko
La razón, el color y sus furias.
Por Michel Caprioli

 "Nosotros, educados para ver lo habitual y lo ya instaurado, debemos descubrir el mundo de lo visible. Debemos revolucionar nuestro pensamiento visual. Debemos quitarnos del ojo un velo llamado desde el ombligo"
(Alexander Rodchenko)


Hecho y desecho por la desbocada articulación socio-política de los años 20, Alexander Rodchenko licua en su soberbia obra elementos pictóricos, fotográficos y un determinante desarrollo tipográfico que aunados, configuran una de las obras más influyentes y decisivas en la posterior evolución de la historia del diseño gráfico.

  

Hijo dilecto del Suprematismo, el Abstracto y el Constructivismo ruso, Rodchenko incursiona y sistematiza su experiencia a partir del diálogo riguroso de planos netos intervenidos por recursos de fotomontaje (del que fue maestro pionero) generando piezas de solidez comunicacional absoluta, inequívocas y dueñas de la contundencia dogmática de las urgencias que el hombre y su época exigían comunicar. 

Rodchenko capta y traduce al lenguaje visual la esencia misma de la dialéctica racional y materialista soviética, dotándola del necesario giro humanizador que ayudaba a digerir la brutalidad maniquea que -en segunda lectura- emerge inevitablemente detrás de esa dinámica exaltada del color neto, dirigido a comunicar y legitimar una revolución tan simple como poderosa, tan clara como inequívoca para las masas analfabetas que hacia ella convergían desde Octubre.
Validar ese proceso desde la más esencial semiótica fue uno de los logros definitivos de este diseñador (no se privó también de incursionar en otras disciplinas) nacido en San Petersburgo en 1891.

 

La publicidad, el diseño de libros, la cartelería propagandística, la industria textil, el teatro y el cine fueron algunos de los campos de discurso en donde Rodchenko desarrollo su paradigma visual, generando una profusa y vigorosa obra que confluyó encuadrada en las tendencias experimentales de los primeros años de la revolución soviética junto en recorrido tanto como en influencias, a Liubov Popova (1889-1924),  Kazimir Malévich (1878–1935) y su propia esposa, Varvara Stepánova (1894–1958).


El uso Positivo, cientificista y objetivo de materiales y símbolos (canon del primer constructivismo ruso) impregnó toda la obra de Rodchenko caracterizando su particular ingeniería de abordaje del objeto. Todo en él responde a una rigurosa cuadratura áurea, metodológico y estricta en su racionalidad determinante. La efectividad en la aplicación de su recurso más personal - la fotografía y el fotomontaje - concretan en una clave sensible y humanizadora su concepto final. Lo hace más cercano, empático y confesional. El hombre desde de la utilización del recurso fotográfico aparece construido en su necesaria emoción y expresión, validante, cómplice y a la vez demandante, del férreo discurso sociopolítico que subyace.

 
 

Condicionado por su atmósfera supraracional, Rodchenko sin embargo no renuncia a lo emotivo. Logra brillantemente escapar de aplastarse bajo un materialismo asfixiante, siendo la fotografía la herramienta que le permite la fuga y a la postre, el equilibrio. Un equilibrio de diálogos concordantes, coherentes y armónicos en el balance de la poderosa matemática del poder y la consigna revolucionaria y el imperio de la emoción, la pasión y la moral sensible. 

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