El sentido de lo "políticamente correcto" es uno de los más formidables enemigos de la libertad, el pensamiento crítico y el pensamiento libre aparecidos - o identificables con claridad - recientemente.
Lo "políticamente correcto" ejerce autoritaria censura casi reaccionaria, venida siempre y solamente desde esa convención "bienpensante".
Paso o paso y sin detenerse nos embute un pensamiento único que construirá -a la corta o la larga- una mirada revelada, unidireccional, preminente, inmovilista y exclusiva de las escalas éticas y morales.
A esta marcha, todo será discriminador, todo será racista, todo será machista y en definitiva; desde el conservadurismo remachado de lo "políticamente correcto" toda expresión intelectual o artística terminará - aplicada la censura desde el siempre cuestionable " agente del bien" - perdiendo la capacidad cuestionadora.
Al final, la discriminación positiva no iguala sino que termina haciendo ley a nuestras diferencias. De allí a perder la libertad de decir, elegir, ver y pensar; un paso.
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